No me he equivocado cambiando Android por iOS. No. Hace casi un año adquirí un iPod touch de cuarta generación. Esperé a que se presentaran los nuevos dispositivos para tener el último. La sorpresa fue que añadieron el blanco a la “gama” de colores. Mismas especificaciones que el año anterior (procesador A4 y 256 mb de RAM, si no recuerdo mal) con la pantalla retina. Si de alguien no se habla es precisamente de estos fantásticos reproductores que están eclipsados por sus hermanos mayores, los iPhone. Y os aseguro que sufren de fragmentación. Puedo comparar siempre que quiero con un iPhone 4 de un familiar y esos 256 mb de RAM que le faltan son cruciales en muchos casos. Mi dispositivo no está mal ya que le ocurre a mucha otra gente que no le importan esos lags o cierres porque no lo usan tanto como yo. He podido leer y escuchar a usuarios de iPhone que alaban iOS por su fluidez y que no se cierran los programas ya que no “chupan” memoria a diferencia de Android. En mi caso tiro mucho de aplicaciones de audio y pueden que estén mal diseñadas, pero me parece raro que hagan que se cierren otras como twitter, facetime o el correo electrónico. Recuerdo que exprimo el terminal. Desde mayo tengo jailbreak y mejoró un poco. Puedo ahora controlar el consumo de RAM y es tremendo. Puede que esté mal la aplicación que lo muestra, pero es increíble.
Espero que este próximo día 12 Apple haga una revisión de estos dispositivos porque, si no lo hace, me parece que le habrán puesto definitivamente la lápida al iPod. Y no me parece justo para los que queremos mantener el mejor reproductor de música portátil que existe. O al menos para los que lo intentamos exprimir. He aquí otra de las batallas que tiene que hacer frente un geek ante el sentido empresarial.