Definitivamente he dado el paso. Pero no para hacer la técnica del amago. No. Debo ser de los pocos que se cambia de compañía por lo que verdaderamente ofrecen (y se paga): las tarifas. Unas tarifas basadas en el uso que yo tengo del teléfono. Desde que internet tiene tantas posibilidades, contratar un plan de datos termina siendo necesario. Mi uso del plan de voz se restringe a recibir llamadas, unos sms a la gente que no tiene acceso a inet y llamadas esporádicas de menos de 8 minutos de duración. El contrato que “disfrutaba” con Vodafone era el plan de datos de internet móvil con un coste de 15€ y un plan de tarifas de voz normalito con los 9€ de consumo mínimo. A todo ello hay que aplicar los impuestos, por lo que la suma de la factura era de unos 27€. Antes no disponía de línea ADSL en casa, por lo que no era una mala opción para estar conectado en todo momento. Y más sabiendo hacer un tethering silencioso. Pero ahora ya tenemos un hogar al día en comunicaciones y ese gasto para mi línea de teléfono era innecesario. Máxime cuando mi mujer hace un uso del móvil mínimo.
Entonces apareció Yoigo. Una compañía que se ha posicionado muy bien con sus tarifas y que ha dado un paso más con su bono de datos. Un bono que entra dentro del consumo mínimo y que es perfecto para mí. Con poco más de 9€ (IVA incluido) tengo datos y sólo tengo que sumar las llamadas y sms. Y se dieron las condiciones óptimas para la portabilidad cuando ofertaron la tarjeta con tarifa del cero sin consumo mínimo, perfecta para mi pareja.
Después de más de 10 años con Vodafone, me satisface irme de sus redes. Estoy un poco harto de la política que se tiene con eso de captar clientes y no cuidar a los que ya se tiene. Tan sólo me han “mimado” cuando me he querido ir. Al conocer mi portabilidad, me llamaron para hacer una contraoferta y una posterior “recontraoferta” (menudo palabro). En primer lugar igualaron las tarifas de Yoigo y me ofrecieron no pagar el 50% del gasto de mi móvil por un año. Al no acceder, sumaron a lo anterior un año de internet gratis y un móvil de alta gama. Para un cliente normal era algo muy dulce para aceptar. Pero se toparon conmigo, que ya tengo un móvil casi insuperable y dos preguntas clave: estaré sujeto a permanencia? Y el iPhone 4 estaría dentro de la oferta? A la primera cuestión era obvio que sí. Y a la segunda, tenía que preguntar. No se lo creía que, aún así, dijera que no. Lo curioso es que he recibido otra llamada, de otro departamento que no era el de portabilidades, ofreciéndome un teléfono de alta gama (a eso se referían con un Samsung f480) llevándomelo a casa gratis todo POR SER CLIENTE DE VODAFONE. Toma ya! Ahora me reconocieron como CLIENTE. Wow!
Bueno, ahora estoy esperando la tarjeta de Yoigo y feliz de haber podido cambiarme comprobando lo ruines que son estos negocios de la telefonía móvil. Ahora estaré con Yoigo, pero sin permanencia alguna. Si no estoy contento con el servicio, me voy y punto. Las compañías deberían no poder aferrarse al tema de las permanencias para mantener clientes. Pero es demasiado utópico (para no decir imposible, vamos) querer que las compañías sólo ofrezcan tarifas y no móviles, que al final de todo se pagan con creces.
P.D.: Siento si hay algún error tipográfico, pero estoy escribiendo desde el Nexus y es algo cansino. 😛
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